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martes, 12 de enero de 2016

Las personitas

Al principio se denominaban Bebé I, Bebé II y Bebé III. una manera de diferenciar a cada una en el vientre materno para los seguimientos con las ecografías. No tenía sentido nombrarlas porque era posible que cambiaran de posición y evidentemente se prestaría para confusiones.

Mi esposa muy valientemente soportó una barriga asimétrica en la que albergó estas niñas encantadoras y que fue terreno definitivo donde se definieron sus caracteres.

Bebé I: estaba ubicada cerca del cuello uterino, encajada de cabeza en el hueco pélvico y aguantó el peso de sus hermanas siempre que la madre estaba de pie. Se acomodaba de vez en cuando, como tratando de "desembarazarse" de sus dos hermanas. Nació siendo la menos pequeña
Bebé II: una calma terriblemente sospechosa, apenas se movía, pero generalmente parecía que fuera por los empujones de las otras dos. Por ella siempre preguntábamos en las observaciones, nos preocupaba mucho su quietud.
Bebé III: el alboroto en ese ambiente hermético, la que no dejaba dormir empujando las tripas de la mamá y a las hermanitas, en constante actividad. Nació siendo la más pequeña.

Así tal cual, en ese orden nacieron en la cesárea, y así tal cual las nombramos por orden de aparición, con el orden en el que encontramos los nombres que nos gustaron y que funcionaran en tres idiomas sin problemas. En la sala de prematuros, Sarah que es la mayor por cuatro minutos, era la que estaba más preparada para irse a su casa, bebía su leche sin dificultades y no necesitó más de 24 horas de encubadora.

En cambio, sus hermanitas tuvieron que ser alimentadas con sonda endogástrica por varios días porque el reflejo de succión no estaba bien desarrollado. Además su bajo peso, era algo delicado, pero no grave. Victoria estaba en otra sala donde desfilaron otros bebés con problemas o dolencias, pero era solitaria sin sus hermanas. La pajarita, como le decíamos al nacer, era diferente al llorar y al hacer la terapia del papá canguro. Yo podía sentirlo aunque honestamente no sé cómo explicarlo.

Mariana compartió la sala con Sarah, y era fácil comparar el desarrollo de una con la otra, verla con esos tubos y electrodos era triste, mientras que Sarah dormía sin tanto alambre y sin encubadora. Pero así pequeña y frágil (como en la canción de Sabú), era muy activa y sola se arrancaba las sondas y electrodos queriendo ser libre.

Las tres son distintas físicamente y sus caracteres son también diferentes; seguramenbte marcados por esos primeros momentos de vida en el vientre.

Sarah tuvo un liderazgo los primeros tres meses, que fue usurpado por Mariana, la menor de las tres. Victoria, aunque comparte con sus hermanitas y hermano mayor, prefiere juegos solitarios o sentarse donde no estén los demás; como si recordaran esa sala en la unidad de neonatos.

La mayor al nacer ha sido la que ha presentado de manera más tardía su desarrollo psicomotriz. tardó casi un mes más en aprender a caminar y las primeras palabras de ella fueron tardías con relación a las otras dos trillizas.

Sarah, Victoria y Mariana hace algunos meses
Victoria es la segunda. Segunda al nacer y segunda en hacer todo: las primeras palabras, sentarse, caminar, "dar besitos". Aunque no habla mucho, su vocabulario es más amplio que el de Sarah -al menos en lo que alcanzamos a entender en esa mezcla de bebé, francés y español- De preferencias más individuales es la de mejor apetito y disciplina en la mesa, es la que menos se pone de "chapapo" (chapeau=sombrero) la comida y la que menos le tira comida a coco.

Mariana nos sorprende todos los días con los avances en su desarrollo. la última en nacer ha sido la primera en hacer todo. Cuando Sarah dio sus primeros pasos, Mariana ya estaba corriendo por la cocina, subiendo y bajando las escalas y tratando de brincar para coger las cosas altas. Sus hermanitas dicen palabras, ella ya puede combinarlas para dar sentido a expresiones y en ocasiones hace razonamientos lógicos: le puse unas manoplas para el frío y ella me dijo: "papato mano" (zapato mano), o juega diciendo "bobigo ¿tone ta?" (¿el ombligo dónde está?).

Ella aprovecha cuando sus hermanitas se descuidan y les roba el tetero y sale corriendo y se esconde, Sarah sabe dónde se guardan los teteros y cuando la puerta de la nevera está abierta, camina rápido, se escabulle, lo agarra y se escapa. Victoria ve eso y llora señalando.

Ellas tienen comportamientos y gustos diferentes para todo: el baño, la manera de vestir (así de jóvenes), la comida y las relaciones con las personas. Son trillizas, pero no son un trinomio indivisible y distinto como el Misterio Católico ni son partes de un mismo todo como los technobots.

Todo lo dicho, es una razón importantísima para mí para no uniformarlas ni normalizarlas como gemelas idénticas, porque no lo son y jamás serán iguales, además ya es suficiente con enontrarles toda la ropa necesaria y el mantenimiento que eso requiere, como para preocuparme porque la camisa de esta tenga que ser igual a la de la otra.

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