No, un momento. El día laboral comienza la noche anterior. Si usted tiene trillizos como yo, y además otro hijo mayor y un perro, el tiempo no da para levantarse a las cinco e irse a las 6:55 a.m., que es nuestra hora límite para que yo pueda alcanzar el tren que me lleva al trabajo.
La noche del día anterior es fundamental para adelantar tareas que ahorrarán tiempo en la preparación de la mañana. Para el lunes, obviamente nos preparamos el domingo, que es nuestro día de limpiar la casa, pues el sábado lo dedicamos a descansar, y no es que seamos judíos, sino que después de cinco días con este trajín, el sábado solamente queremos descansar.
Del lat. dominĭcus [dies,], [día] del Señor
En el "día del señor" lo primero que yo hago es asegurar la afeitada, una tarea que no me gusta hacer y que ya he dejado solamente para ese día, son cinco minutos menos que usaré en las mañanas posteriores. Ya se imaginan que mi rostro el sábado está un poco tosco, quizá sirve para reflejar el paso de los días y el cansancio.
Durante el día organizamos la casa y evitamos el potente llamado de Morfeo. En la noche preparo el almuerzo para el lunes y empaco las loncheras de mi esposa, mi hijo y yo. Dejo organizados en la nevera los tres conjuntos de coca*, yogur, fruta, barra de granola y para ellos juguito en caja. Luego bañamos y vestimos a las niñas con ropa muy cómoda con la que dormirán y se irán a la guardería al día siguiente. Es normal que esa ropa no dure mucho, a veces hay que cambiarlas de nuevo antes de acostarlas porque los pañales no aguantaron el embate biológico de las bebés.
Una tarea de la noche dominical es sacar el reciclaje. Nosotros separamos los desechos recuperables en la casa en unas bolsas destinadas a ello, que son vaciadas en una caneca azul especial que debe ser puesta en la acera, al alcance del camión recogedor, todos los lunes. A veces lo hace mi esposa, a veces lo hago yo. Esa caneca y la basura se pueden depositar en la esquina entre las 7:00 p.m. del día anterior y las 8:00 a.m. del día que se recoje.
Después de que comimos y se lavaron los platos en una máquina que es parte de la familia, damos la papilla y los teteros a las niñas y despachamos al niño a dormir (cosa que no es tan sencilla). Ellas se empacan en los taleguitos -porque los tabaquitos ya les quedan pequeños y al aprender a moverse los desbaratan- y se arrullan para llevarlas a sus cunas. Mientras eso, el hijo se empiyama, hace pipí, se lava los dientes después de que se ha tomado su Ovaltine tibia y se acuesta; ahí se va al menos media hora.
Ya sin niños, mi esposa o yo lavamos los teteros nuevamente y preparamos la leche de tarro o materna para hacer una teterada de seis unidades que es menos complicada que antes. Cualquiera de los dos prepara el uniforme del colegio del niño para que también quede listo y lo deja en su habitación.
![]() |
Temperatura del 24 de marzo,
segundo día de primavera.
-15ºC, se siente a -26ºC
por el viento y la humedad
|
Ahora sí, tras dormir un poco, pasados los cinco minutos después de la alarma, comienza la carrera para salir de la casa. Mientras yo me baño y me visto ella se extrae su leche y prepara los accesorios para llevar la máquina al trabajo (pronto hablaré de la vida con leche materna). Finalizadas esas labores tendemos la cama juntos -o a veces ella sola- y ella se va a duchar mientras yo bajo a la cocina a preparar los cafés y la Ovaltine del niño, me tomo mis cinco pastillas reglamentarias, saco los conjuntos de la nevera para ponerlos en las tres loncheras, cambio la bolsa de la basura y le pongo la comida a coco, el perro.
Ella se está vistiendo mientras yo levanto al niño y lo llevo al baño, el se moja y yo me lavo los dientes... hay que estar diciéndole que se enjabone, que se moje, que termine, que se seque, etc... sigue dormido. Mientras va a vestirse con la presión nuestra, yo voy a sacar al perro, la tripa de pañales y la basura. Hoy hizo un frío que pela, pero dicen que en una semana más ya las temperaturas serán menos peores. Cuando vuelvo con el perro, esposa y niño están vestidos y ella termina de preparar el desayuno de ellos, yo solamente salgo con mi café o chocolisto, se sientan a comer mientras yo continúo despertando a las niñas para darles su biberón, cambiarles el pañal, ponerles lo zapatos, porque hay que ponerles zapatos, y empacarlas en sus trajes de invierno con gorrito y todo.
Mientras se empacan las niñas se pone a calentar el carro. No es de carburador, no necesita calentar el motor, ¡nosotros necesitamos que se caliente para no morirnos de frío! Niñas abrigadas, mi esposa recoje sus cosas para salir, incluyendo el morral del niño y su menaje. Voy metiendo una a una en sus silltas de bebé, hay que amarrarlas bien y verificar que queden cómodas, Se monta el hijo al carro, me aseguro de que tenga su cinturón bien puesto y regreso a la casa: "¿qué falta?" "solamente yo", me responde ella, 6: 55 a.m. (más o menos) y nos montamos al carro. Primera parada, 7:00 a.m.: en la guadería ella entra y se quita las botas (porque en todas las guarderías en Montreal obligan a entrar descalzo para no ensuciar) yo saco a la primera niña y se la entrego en la puerta, ella la lleva hasta el salón mientras voy por la segunda y así hasta terminar la trillizada.
Segunda parada: ella me deja en la estación del tren con uno o dos minutos de ventaja antes de que llegue el transporte. Marco mi tarjeta, me encajo los audífonos, pongo mi música, saco la lectura de turno y me paro en la plataforma para embarcar a las 7:13 a.m. De mi esposa y mi hijo no sé, a menos que algo desafortunado ocurra. Entro al vagón que siempre me lleva de pie, y disfruto mi lectura para ir al trabajo... si usted y su pareja trabajan y tienen trillizos o simplemente más de dos hijos que incluyan bebés, es posible que su trajín sea muy similar al mío.
Y en la noche, continúa el ciclo durante cinco días, salvo que la basura se saca solamente lunes y jueves y el reciclaje nada más los lunes.
*Coca le decimos en Antioquia al recipiente casero en que se llevan los fiambres o almuerzos.